martes, 28 de junio de 2011

Concilio Vaticano II

A ver si lo digo bien.
Este Concilio ha sido grande, por muchos motivos: presencia de miembros; originalidad en su orientación; su mismo origen (no era para contrarrestar ninguna herejía ) etc... Además se ha puesto en él muchas novedades teológicas que venían reflexionandose en la Iglesia en los últimos 60- 70? años.
Este Concilio sin embargo no ha querido romper con toda la Tradición bi milenaria de la Iglesia (porque ni quiere - lo dijo expresamente- ni puede).
Y me imagino el Concilio como S Pablo habla de la Iglesia: como un amanecer!
Un amanecer es una de las cosas más bonitas que hay... aunque no se vea aún el sol.
En un amanecer los rayos del sol son lo único que se ven... y permiten ver! A la vez, esos rayos, se van apagando tenuemente pero ciertamente hasta la noche, que por ser amanecer, no se ha desvanecido aún..
Es precisamente en esa franja, nada nítida, hasta donde ha optado la reflexión del Concilio.
Y aquí viene la madre del cordero. Con esto no afirmo que la doctrina sea clara, pues lo es y mucho! Pero hay afirmaciones que se mal interpretan... por el lado de la oscuridad.
Para que no digan que soy oscuro; un ejemplo: el respeto por las otras religiones.
Efectivamente, el Concilio habla de las demás religiones, y las considera dignas de respeto. Pero esto no significa que las declare verdaderas!!! Lo son en tanto en cuanto reconozcan la única verdad revelada: Cristo.
Ahora bien, dicho esto: en qué consiste esa dignidad? Pues el error no puede ser nunca digno, no!? Y este es precisamente, uno de varios, limites hasta donde se ha "mojado" el Concilio.
Las vrdades de siempre quedan intocables; pies eso es la verdad: eterna, inmutable! Es decir: Cristo.
Paz y bien!

lunes, 27 de junio de 2011

2 Tim 4,3

"Porque llegará un momento en que no soportaran la sana doctrina" Esto es lo que nos dice s Pablo en una carta a Timoteo. Unas palabrs clarividentes y, desgraciadamente, muy actuales.
Ayer, en la predicación del Corpus Christi, apunté entre otras ideas la necesidad de estar libres de pecado mortal para comulgar.... idea que en absoluto es mía ... Sino que ya apare en s Pablo " quien coma el cuerpo de Cristo sin discernimiento, como su propia condenación". Pues bien,, hubo alguien (¡en Misa!) que no le gustó oír eso... y a la salida me lo hizo saber.
Yo pido al Señor que me dé explicaderas .... pero hay algo que no depende de mi, sino del que escucha, apertura al evangelio y su verdad. Ojalá no me escandalice yo nunca del evangelio.

jueves, 23 de junio de 2011

Para rezar

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
 
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
 
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

martes, 21 de junio de 2011

Aniversarios

hace 4 días fue el aniversario de Garabandal, y hoy el de Medjugorje. El fenómeno es el mismo: abundantes apariciones de la Virgen. La diferencia es que en Garabandal (Santander) varios clérigos se empeñaron, y lo consiguieron, de hacer la vida imposible a las videntes... y se retractaron, para luego arrepentirse de su negación.

Y los fenómenos comenzaron a mils de kilómetros de distancia: Medjugorje. Hoy se cumple 30 años desde la primera aparición... veamos qué dice la Iglesia.

domingo, 19 de junio de 2011

Otros

La noción de pecado ha desaparecido casi completamente. Quizás quedan algunos: robar, matar, mentir ... Y poco más.
Pero de los poco que se habla de este tema casi nunca se habla de los pecados intelectuales. Los de la soberbia, el no creer, la cabezoneria, renegar de la fe...

Y, precismente, estos son los más difíciles de detectar... por nosotros mismos. Somos presa fácil de nuestras propias pasiones, miedos, rencores, seguridades etc... Es a mi entender, imposible no caer en este campo... a no ser que obedezcamos, de este modo saldremos indemnes de las trampas.

Para esto es muy importante la formación necesaria y distinguir entre lo que puedo opinar y lo que he de creer.

jueves, 16 de junio de 2011

La Sta Misa


Aquí os dejo la sabiduría de un santo. No es un tratado de teología, pero creo que cunde más...
Algunos pasajes en los que el Padre Pío habla de la Santa Misa:



Padre, ¿ama el Señor el Sacrificio?
Sí, porque con él regenera el mundo.

¿Cuánta gloria le da la Misa a Dios?
Una gloria infinita.

¿Qué debemos hacer durante la Santa Misa?
Compadecernos y amar.

Padre, ¿cómo debemos asistir a la Santa Misa?
Como asistieron la Santísima Virgen y las piadosas mujeres. Como asistió San Juan al Sacrificio Eucarístico y al Sacrificio cruento de la Cruz.

Padre, ¿qué beneficios recibimos al asistir a la Santa Misa?
No se pueden contar. Los veréis en el Paraíso. Cuando asistas a la Santa Misa, renueva tu fe y medita en la Víctima que se inmola por ti a la Divina Justicia, para aplacarla y hacerla propicia. No te alejes del altar sin derramar lágrimas de dolor y de amor a Jesús, crucificado por tu salvación. La Virgen Dolorosa te acompañará y será tu dulce inspiración.

Padre, ¿qué es su Misa?
Una unión sagrada con la Pasión de Jesús. Mi responsabilidad es única en el mundo, decía llorando.

¿Qué tengo que descubrir en su Santa Misa?
Todo el Calvario.

Padre, dígame todo lo que sufre Vd. durante la Santa Misa.
Sufro todo lo que Jesús sufrió en su Pasión, aunque sin proporción, sólo en cuanto lo puede hacer una criatura humana. Y esto, a pesar de cada una de mis faltas y por su sola bondad.

Padre, durante el Sacrificio Divino, ¿carga Vd. nuestros pecados?
No puedo dejar de hacerlo, puesto que es una parte del Santo Sacrificio.

¿El Señor le considera a Vd. como un pecador?
No lo sé, pero me temo que así es.

Yo lo he visto temblar a Vd. cuando sube las gradas del Altar. ¿Por qué? ¿Por lo que tiene que sufrir?
No por lo que tengo que sufrir, sino por lo que tengo que ofrecer.

¿En qué momento de la Misa sufre Vd. más?
En la Consagración y en la Comunión.

Padre, esta mañana en la Misa, al leer la historia de Esaú, que vendió su primogenitura, sus ojos se llenaron de lágrimas.
¡Te parece poco, despreciar los dones de Dios!

¿Por qué, al leer el Evangelio, lloró cuando leyó esas palabras: «Quien come mi carne y bebe mi sangre»...?
Llora conmigo de ternura.

Padre, ¿por qué llora Vd. casi siempre cuando lee el Evangelio en la Misa?
Nos parece que no tiene importancia el que un Dios le hable a sus criaturas y que ellas lo contradigan y que continuamente lo ofendan con su ingratitud e incredulidad.

Su Misa, Padre, ¿es un sacrificio cruento?
¡Hereje!

Perdón, Padre, quise decir que en la Misa el Sacrificio de Jesús no es cruento, pero que la participación de Vd. a toda la Pasión si lo es. ¿Me equivoco?
Pues no, en eso no te equivocas. Creo que seguramente tienes razón.

¿Quien le limpia la sangre durante la Santa Misa?
Nadie.

Padre, ¿por qué llora en el Ofertorio?
¿Quieres saber el secreto? Pues bien: porque es el momento en que el alma se separa de las cosas profanas.

Durante su Misa, Padre, la gente hace un poco de ruido.
Si estuvieses en el Calvario, ¿no escucharías gritos, blasfemias, ruidos y amenazas? Había un alboroto enorme.

¿No le distraen los ruidos?
Para nada.

Padre, ¿por qué sufre tanto en la Consagración?
No seas malo... (no quiero que me preguntes eso...).

Padre, ¡dígamelo! ¿Por qué sufre tanto en la Consagración?
Porque en ese momento se produce realmente una nueva y admirable destrucción y creación.

Padre, ¿por qué llora en el Altar y qué significan las palabras que dice Vd. en la Elevación? Se lo pregunto por curiosidad, pero también porque quiero repetirlas con Vd.
Los secretos de Rey supremo no pueden revelarse sin profanarlos. Me preguntas por qué lloro, pero yo no quisiera derramar esas pobres lagrimitas sino torrentes de ellas. ¿No meditas en este grandioso misterio?

Padre, ¿sufre Vd. durante la Misa la amargura de la hiel?
Sí, muy a menudo...

Padre, ¿cómo puede estarse de pie en el Altar?
Como estaba Jesús en la Cruz.

En el Altar, ¿está Vd. clavado en la Cruz como Jesús en el Calvario?
¿Y aún me lo preguntas?

¿Como se halla Vd.?
Como Jesús en el Calvario.

Padre, los verdugos acostaron la Cruz de Jesús para hundirle los clavos?
Evidentemente.

¿A Vd. también se los clavan?
¡Y de qué manera!

¿También acuestan la Cruz para Vd.?
Sí, pero no hay que tener miedo.

Padre, durante la Misa, ¿dice Vd. las siete palabras que Jesús dijo en la Cruz?
Sí, indignamente, pero también yo las digo.

Y ¿a quién le dice: «Mujer, he aquí a tu hijo»?
Se lo digo a Ella: He aquí a los hijos de Tu Hijo.

¿Sufre Vd. la sed y el abandono de Jesús?
Sí.

¿En qué momento?
Después de la Consagración.

¿Hasta qué momento?
Suele ser hasta la Comunión.

Vd. ha dicho que le avergüenza decir: «Busqué quien me consolase y no lo hallé». ¿Por qué?
Porque nuestro sufrimiento, de verdaderos culpables, no es nada en comparación del de Jesús.

¿Ante quién siente vergüenza?
Ante Dios y mi conciencia.

Los Angeles del Señor ¿lo reconfortan en el Altar en el que se inmola Vd.?
Pues... no lo siento.

Si el consuelo no llega hasta su alma durante el Santo Sacrificio y Vd. sufre, como Jesús, el abandono total, nuestra presencia no sirve de nada.
La utilidad es para vosotros. ¿Acaso fue inútil la presencia de la Virgen Dolorosa, de San Juan y de las piadosas mujeres a los pies de Jesús agonizante?

¿Qué es la sagrada Comunión?
Es toda una misericordia interior y exterior, todo un abrazo. Pídele a Jesús que se deje sentir sensiblemente.

Cuando viene Jesús, ¿visita solamente el alma?
El ser entero.

¿Qué hace Jesús en la Comunión?
Se deleita en su criatura.

Cuando se une a Jesús en la Santa Comunión, ¿qué quiere que le pidamos al Señor por Vd.?
Que sea otro Jesús, todo Jesús y siempre Jesús.

¿Sufre Vd. también en la Comunión?
Es el punto culminante.

Después de la Comunión, ¿continúan sus sufrimientos?
Sí, pero son sufrimientos de amor.

¿A quién se dirigió la última mirada de Jesús agonizante?
A su Madre.

Y Vd., ¿a quién mira?
A mis hermanos de exilio.

¿Muere Vd. en la Santa Misa?
Místicamente, en la Sagrada Comunión.

¿Es por exceso de amor o de dolor?
Por ambas cosas, pero más por amor.

Si Vd. muere en la Comunión ¿ya no está en el Altar? ¿Por qué?
Jesús muerto, seguía estando en el Calvario.

Padre, Vd. a dicho que la víctima muere en la Comunión. ¿Lo ponen a Vd. en los brazos de Nuestra Señora?
En los de San Francisco.

Padre, ¿Jesús desclava los brazos de la Cruz para descansar en Vd.?
¡Soy yo quien descansa en El!

¿Cuánto ama a Jesús?
Mi deseo es infinito, pero la verdad es que, por desgracia, tengo que decir que nada, y me da mucha pena.

Padre, ¿por qué llora Vd. al pronunciar la última frase del Evangelio de San Juan: «Y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad»?
¿Te parece poco? Si los Apóstoles, con sus ojos de carne, han visto esa gloria, ¿cómo será la que veremos en el Hijo de Dios, en Jesús, cuando se manifieste en el Cielo?

¿Qué unión tendremos entonces con Jesús?
La Eucaristía nos da una idea.

¿Asiste la Santísima Virgen a su Misa?
¿Crees que la Mamá no se interesa por su hijo?

¿Y los ángeles?
En multitudes.

¿Qué hacen?
Adoran y aman.

Padre, ¿quién está más cerca de su Altar?
Todo el Paraíso.

¿Le gustaría decir más de una Misa cada día?
Si yo pudiese, no querría bajar nunca del Altar.

Me ha dicho que Vd. trae consigo su propio Altar...
Sí, porque se realizan estas palabras del Apóstol: «Llevo en mi cuerpo las señales del Señor Jesús» (Gal. 6, 17), «estoy crucificado con Cristo» (Gal. 2, 19) y «castigo mi cuerpo y lo esclavizo» (I Cor. 9, 27).

¡En ese caso, no me equivoco cuando digo que estoy viendo a Jesús Crucificado!
(No contesta).

Padre, ¿se acuerda Vd. de mí durante la Santa Misa?
Durante toda la Misa, desde el principio al fin, me acuerdo de tí.
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La Misa del Padre Pío en sus primeros años duraba más de dos horas. Siempre fue un éxtasis de amor y de dolor.

Su rostro se veía enteramente concentrado en Dios y lleno de lágrimas. Un día, al confesarme, le pregunté sobre este gran misterio:

Padre, quiero hacerle una pregunta.
Dime, hijo.

Padre, quisiera preguntarle qué es la Misa.
¿Por qué me preguntas eso?

Para oírla mejor, Padre.
Hijo, te puedo decir lo que es mi Misa.

Pues eso es lo que quiero saber, Padre.
Hijo mío, estamos siempre en la cruz y la Misa es una continua agonía.

miércoles, 15 de junio de 2011

Noción de pecado


La noción moderna de pecado es, sin más, un ley antigua, desfasada. En verdad no es nada malo, sino algo anacrónico, de una sociedad (la Iglesia) que en absoluto se ha puesto a punto con la modernidad.
Esta noción es absolutamente extraña a la que la Iglesia maneja, y es que la sociedad no ha tomado esta noción moderna de pecado del evangelio, sino de la ciencia (sic). Así es. La moral, al igual que la ciencia tiene que evolucionar, que cambiar.
Pero la noción bíblica del pecado es absolutamente revelada. Es decir, que no es creada por el hombre sino dada gratuitamente por Dios al hombre. No es algo que podamos comprender del todo aquí el al tierra. Por eso es un lugar de partida.

Esta reflexión viene motivada por algunas controversias que genera la moral católica (es decir, la genuinamente bíblica). Y, es que, el pecado es una trampa para el que lo comete.

El pecado no es nunca suficientemente claro. Es decir, siempre se comete porque se ve "algo" de bueno en el que lo comete. A veces muy poco... pero siempre se comete por lo bueno que se ve en él...aunque sus consecuencias sean muy malas, o devastadoras. El pecado es una gran mentira, aunque durante su ejecución o durante un tiempo después pueda parecer que es bueno.

El pecado es difícil de desenmascarar, precisamente por esa parte de bueno que tiene. El que roba, aborta, comete adulterio, blasfema etc... disfruta de un aspecto bueno del pecado, pero que en realidad no es sino un espejismo. Cada uno de ellos, por un momento, cree haberse liberado de algo: problemas, complejos, pobrezas, miedos... pero en verdad lo que hacen es aherrojarse en el otro error.

El problema fundamental es llame bueno, a lo que no lo es. Y como hemos dicho que es una noción revelada, por eso mismo somos incapaces de, por nosotros mismos, distinguir auténticamente, lo bueno de lo malo.

domingo, 12 de junio de 2011

Sutil


En mi breve vida de sacerdote ya voy viendo de todo. Padres que miran a otro lado cuando sus hijos se drogan (dicen que su hijo no, que el suyo no); padres que meten un condón (o la píldora) en el bolso de sus hijas; profesores que dicen a chavales del mismo sexo que si se quieren que se casen; padres que dicen sí a sus hijos en todo; dinero, caprichos, etc... Pero lo que me llama poderosamente la atención es cuando un padre (o madre) sabe que su hijo se va entregar a Dios (en el sacerdocio, o la vida consagrada, o en medio de la vida ordinaria) y les dicen que no, que por encima de su cadáver... que de ninguna manera. Que cualquier otra cosas vale, pero eso no.
¿Se entiende esa lógica? Si se es permisivo en lo malo... ¿por qué no en lo buenísimo? No entiendo...a nos que haya alguien que trabaje esa "mala leche".
Jóvenes con una conciencia clara de que Dios les quiere para ellos... que han de decirle sí..que no es un capricho, y sus padres prefieren que sean como el resto ¿?¿?¿?¿?¿?
Pues de esto he sido testigo hace menos de una semana. ¿Qué tal? Aún puedo enredar más el cuadro este si añado que estos padres se tenían por cristianos. ¿Quién da más?
Un chaval tiene que trabajar contra el mundo, sus pasiones, su imaginación sobre el futuro... y ¿contra sus padres? Si alguno consigue decir que sí, es un portento de la gracia... Por eso mismo hay que rezar tanto, por las vocaciones.

jueves, 9 de junio de 2011

Mi madre

Hoy me he acordado de mi madre cuando estaba con una pareja... Querían que les alquilase la casa parroquial para convivir. Les he intentado explicar que, aunque estaba muy necesitado de dinero, lo primero son los principios, y que ese estilo de vida ya saben lo que piensa la Iglesia... Nada, no me han querido escuchar, se han ido... y creo que se han acordado de mi madre.... glup!

martes, 7 de junio de 2011

Pagado

Hoy me han pagado muy bien. Hace mucho que no tenia tamaño éxito pastoral. Se llama José Maria y está muy enfermo...pero mucho. La primera vez que le fui a visitar me dijo ¿algo? áspero: ¡qué quieres, estaba durmiendo..! yo hice, como pude, una verónica, y desaparecí. Pero no lo dejé. Después de varias intentonas, suave, suave,... Hoy me ha sonreído varias veces, incluso me ha tomado el pelo... Y eso que estaba de postoperatorio... y creo que quería hablar. Estaba agusto con el cura.
Espero llegar a confesarle, es el mejor regalo que le puedo hacer...

jueves, 2 de junio de 2011

La historia, y la verdad...



Con cuantos habremos hecho lo que iban a hacer con él: abortarlo! Fue un gran santo, por que no fue abortado...

miércoles, 1 de junio de 2011

Ser o no ser


El cristianismo se ha convertido en un moralismo... en una triste y aburrida ética: lo que se puede y no se puede hacer...puf! Aburridísimo!
Cristo no cuenta mucho...bueno, es como Michael Jackson (bueno a lo más comoJuan Pablo II) Es decir, un modelo, pero en el campo moral. Los otros lo son en lo escénico o artístico.
Así es. La gente no conoce las Escrituras...se conforma con ser buenos. Ya sabes: ir tirando! Pero lo que ocurre es que ESO NO ES SER CRISTIANO. Ya lo he dicho.

Los protestantes (siempre salen a relucir, eh!) Estos dicen que somos pecadores..."somos" eso. Dios nos perdona, pero no dejamos de serlo. Bueno, vale...pero la doctrina católica es mucho más atrevida...

La Iglesia dice algo alucinante, increíble, casi casi sería imposible, si no lo hubiera dicho Cristo... y es que SOMOS hijos de Dios. No soy un pecador que Dios en su bondad me perdona. Sino soy un hijo de Dios que, en mis errores (pecados) Dios me perdona...

Aquí lo importante no está en los pecados (que los son, eh!) Sino en el verbo SER. Y es que SOY hijo de Dios. No nos trata "como si lo fuésemos", sino que los somos realmente. De ahí que el cristianismo no sea un moralismo, algo a hacer... sino un modo de vivir, pues "somos" otra cosa distinta a lo que el mundo puede nunca jamás llegar a pensar o a comprender.

Qué bien y qué todo! Verdad?