jueves, 20 de marzo de 2014

Contaminación cultural.

Mucha gente se extraña del por qué en su familia, que siempre ha sido católica, no es eficaz las enseñanzas que se dan en sus hogares. Dicen: en casa "siempre"... Hemos ido a Misa, rezado el Rosario ... O lo que sea. Siendo esto verdad hay que añadir que a la vez se cultivan otra serie de costumbre y principios que anulan los religiosos. Por ejemplo, decir (repetir machaconamente): -no pasa nada, con que seas una buena persona es suficiente. -se es católico por tener una imagen en casa -eso (confesión eucaristía ayunó eucarístico castidad pudor respeto) era antes, ahora es distinto -por un día que... no pasa nada (aquí incluir: blasfemia, faltar a Misa...) -tu aprovecha que eres joven, que antes no se podía hacer nada -pues que gana a hacer los jóvenes, !divertirse! -tú no hagas caso, tú haz lo que te apetezca Y así un montón de ellas que actúan en la cabeza del muchacho, desactivando los fundamentos mismos de las prácticas de piedad que ha visto en casa, pero que no influyen en el día a día porque los criterio para funcionar en el mundo real son otros. Si decimos que solo a Dios daremos culto, no puede ser que en casa no pasa nada si no se habla nunca de Él y sólo de notas, fútbol, trabajo, la carrera y sus salidas y el próximo coche o vacaciones... Lo que percibirán los jóvenes es que lo religioso es un pastiche, algo superfluo o marginal. Da igual cantos rosarios rece la abuela o la madre, cuantos santos tengan colgados en las paredes o estampas en la cartera, así no sasi no se evangiza. Es el ejemplo el que conmueve y arrastra y convence.