martes, 30 de julio de 2013

La Iglesia de Francisco... y la de los medios

¿Será una revancha, o qué? Porque no entiendo nada de nada. Leo los periódicos y parece que esto sí que sí... vamos que ha llegado la solución a la Iglesia, que con Francisco llegó la primavera (hay que decir que esta misma sensación se viene repitiendo en la Iglesia con diferentes temas: Juan XXIII, anuncio del Concilio Vaticano II, elección de Juan Pablo I, primeros viajes y gestos de Juan Pablo II...) Y no entiendo nada porque todo lo que los periodistas quieren hacer creernos que es nuevo y revolucionario... ya lo había hecho o dicho Benedicto, y Juan Pablo etc... Excepto el cómo ir vestido a los actos... (ver foto) ¿Frases supuestamente revolucionarias de Francisco? Porque todo lo demás ya lo hacían los antecesores: besar, pararse y abrazar, dejarse preguntar por os periodistas, cambiar el solideo por otro, ponerse tal o cual sombrero, beber horchata... - Hagan lío en las diócesis - Necesidad para los obispos de no tener mentalidad de príncipes - Respeto a los gays - Decir que un trabajador de la curia no era precisamente un santo varón Todo eso ya lo había hecho y dicho Benedicto XVI. ¿Qué buscan pues los medios? Francisco se ha referido al Catecismo de la Iglesia (machacado en su día por los medios), y ¡¡¡lo ha piropeado!!! diciendo que el Catecismo explica la doctrina sobre los gays "muy bellamente"... y ha repetido la misma doctrina que la Iglesia, sin desviarse nada, ni un ápice... ni qué decir sobre el sacerdocio femenino, que se ha remitido a Juan Pablo II diciendo que es doctrina definitiva (ver vídeo de rueda de prensa en el avión)... Si algo habría que subrayar es su continuismo, ¡digo yo! Por eso... ¿Qué buscan los medios? Los medios han des-contextualizado, ¿o mejor re-contextualizado? a su capricho frases y gestos del Papa,(como la explicación de la cartera llevada a mano) que él mismo ha explicado... pero que los medios no saben, pueden o quieren escuchar. Pero si de transmitir la doctrina se trata los dos Papas igual (de bien o de mal), pues en ambos vemos cómo los medios siguen sin escuchar... escribiendo lo que quieren oír, no lo que dicen. Con Benedicto eran críticos pues creían oír cosas malas, y con Francisco son benignos, pues creen escuchar cosas distintas. Pero como vemos en el vídeo no existe tal diferencia. Es solo la que los medios quieren transmitir. Una posibilidad es que sean malos profesionales y eso les lleve ha hacer mal su trabajo, que entiendo es transmitir la realidad tal cual. Pero no puede ser que todos cometan el mismo error, sesgar las palabras del Papa. ¿Puede ser que los medios quieran re-fundar la Iglesia a base de sesgar las palabras del Papa? ¿Que quieran hacer revanchismo de Benedicto XVI? No entiendo este empeño de los medios en re-inventar una y otra vez las palabras del pontífice de turno.

viernes, 26 de julio de 2013

Kultura

Esta foto no tiene ni trampa ni cartón. La he tomado yo, a hurtadillas. El niño entró con su madre, después de rezar un poco en el reclinatorio, él solito se puso en el pasillo tal y como lo veis, y creo que la foto no recoge bien la piedad con la que estaba el niño. Increíble. Después de ver algo así siempre pienso lo mismo: los padres!!!! Ellos son los responsables de la educación de sus hijos. Y en esta foto se ve tan claro!!! Se puede aducir mil objeciones: el ambiente es muy complicado, ya veremos qué pasa a los 15 años, es solo un niño y no sabe lo que hace es solo imitación... bla bla bla. Acepto todas ellas, pero me quedo con la foto, ni trampa ni cartón. Lo único que exige esta foto es que los padres no se dejen arrastrar por la kultura imperante. Kultura del: es lo que se lleva, no podemos hacer nada contra el sistema, kultura de la cutre T.V, de la vulgaridad para todos. Estoy convencido del alegrón del Señor por la gran oración de este pequeño. Si cada padre y madre catequiza así de bien a su hijo vamos bien, pues este niño entiende de la presencia real de Cristo en la eucaristía, entiende sobre la oración, sobre la oración de petición, sobre la adoración!!!!..Qué más se puede pedir. Los católicos tenemos que volver a ser lo que debemos ser: sal, luz para el resto. Distintos, vamos.

jueves, 25 de julio de 2013

El descarrilamiento y el Apóstol

Vayan por delante mis oraciones. Para los muertos, y para los familiares. Les he encomendado sinceramente en Misa. ¿Dónde estaba el santo en el accidente? Es una pregunta recurrente. En otras tragedias ha pasado lo mismo: Haití, Lorca, 11 M, 11 S... y en cualquiera de ellas ¿dónde estaba Dios? Pero creo que pregunta se queda corta, pues... ¿qué celebramos el día de Santiago? Lo que celebramos exactamente es la muerte de uno de los Doce discípulos de Cristo. Es decir, que su amistad con Cristo NO le salvó la vida ¿dónde estaba Cristo en la hora de su ejecución? ¿Le sirvió de algo rezar? ¿Para qué? Pero ¿no es verdad que es lo mismo que con cualquiera de los mártires de la Iglesia? Rezaron y... NO se salvaron. Podemos ir más allá aún, no tengamos miedo de ir hasta el final. No nos quedemos en el umbral, entremos hasta el fondo. ¿Qué hacemos los cristianos adorando a un hombre crucificado? ¡Una víctima que no pudo salvarse a sí misma! (cfr. Mt 27,40) ¿Le sirvió de verdad el rezar antes de su pasión? ¿Para qué? Creo que intentar responder estas preguntas a la hora de la muerte es muy difícil, pues Cristo no es un Dios para los muertos sino de vivos (cfr. Mt12,27). Cristo tiene sentido si se le entiende a lo largo de nuestras vidas, pero no si lo apartamos hasta la hora de la muerte. Con Él toda la vida adquiere sentido... y con ella, la muerte. Pero la muerte no es el final, sino el paso a la Vida definitiva. Ese paso que está condicionado por toda nuestra existencia, no sólo al último momento. Estoy firmísimamente persuadido de que Dios está SIEMPRE con nosotros, no solo en nuestras penas. Pero también veo que quien no consigue descubrirle en el día a día, le será muy difícil descubrirle en las penas, la muerte o en el dolor (sin querer decir que sea imposible). Por esto celebramos a Santiago, los mártires y a Cristo porque sus muertes reflejan y sellan toda una existencia. Muerte como las de cualquier mártir de la Iglesia que con una sola negación (no soy cristiano) podía librarles de la muerte, pero precisamente su ¡sí! hizo que toda su vida tomara otra fuerza y lectura. Nuestro Dios está vivo... Quizás por esto mismo es más difícil encontrarle en la muerte. Y quizás también por esto nos ha dejado la Cruz... y la Resurrección, para recordarnos que SIEMPRE ESTÁ. Incluso en lo absurdo de la muerte. Pero Él es precisamente más fuerte que ese absurdo. Mas poderoso que la misma muerte, pues Él es LA VIDA misma. Esta idea creo que se puede ver de modo positivo. Dándole la vuelta a la cuestión. Cuando he visto a padres con sus hijos recién nacidos en sus brazos casi todos hablaban de ¡milagro! Pues la vida es eso: un milagro, no se puede entender es tan...¡alucinante! Pero en ese momento de tanta alegría que trae un hijo, un bebe, no nos hace caer en la cuenta del grandísimo misterio de la vida. La alegría nos lo oculta (bendita alegría). y de su incomprensibilidad, ¿por qué estamos vivos? ¿Por qué existo yo? ¿Por qué es todo tan bonito? Que el Dios de la Vida nos acoja a todos en su seno!