viernes, 3 de marzo de 2017

Blasfemia y dictadura LGTB

No voy a hablar de los acontecimientos del carnaval de canarias pues de sobra conocido. Creo que a nosotros (los ofendidos) nos toca pedir nuestros derechos, que no somos más que nadie...tampoco menos. Y como esto creo que ha quedado muy claro en muchos medios de comunicación, sí diré que lo que creo que toca ahora es recordar a los ofendidos (seguro que lo habrán hecho ya) que a nosotros nos toca rezar. Primero para desagraviar a nuestro buen Dios, que ya está muy trabajado en la misma Iglesia, por sus escándalos sacerdotes, de consagradas y de laicos muy distraídos que se hacen llamar católicos. Y rezar también por los que te ofenden, Señor. Por ellos rezamos cada día. Y sus mofas no pueden (no deberían) pararnos en esta obligación tan "nuestra". Cuanto más daño quieren hacer, más inquina ponen en sus ofensas, más evidente es la necesidad de oración que tienen. El mejor sitio para desagraviar a nuestro buen Dios es la Santa Misa. Comulgar para reparar. Comulgar para pedir perdón por nuestros propios pecados, y por las burlas ajenas. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén