lunes, 21 de diciembre de 2009

Herida


Hay una herida en el fondo del alma humana. Es una herida invisible, espiritual, pero cierta. Está testificada al comienzo de la Biblia, el diablo tentó al hombre con una argucia que hoy sigue siendo efectiva. Decimos con la boca que Dios es Padre... pero de verdad le tememos. No nos fiamos de él. No nos lanzamos a suus brazos, porque tememos que nos haga mal.

Una de ellas, que me fascina es la resistencia a confesarnos. Buscamos mil y una escusa para NO confesarnos: que si el cura, que si yo NO, que otro día... Pero Él nos espera ahí, totalmente!

Aquella tentación satánica es actual: "Bien sabe Él que si coméis del fruto, seréis como dioses". Ahí comenzó el dudar de Él, ... hasta nuestros días. Nos es más fácil creer en nosotros que en la oración... absurdo ¿no?

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