lunes, 7 de enero de 2013

Católico

Las cosas han cambiado tanto. Ya nada es lo que parece. Hay gente que se llama católico... y no lo son. No sé si es por su culpa o no, no lo sé, pero no lo son. La cosa es que cuando se les dice que no es católico lo que afirman, no les gusta que se lo recuerden, y se enfadan. Y te dicen que sí, que lo son. Aunque el catecismo diga lo contrario... ellos saben más que el catecismo. Porque ellos lo interpretan, sí de fácil. Son más listos, por que llegan a contradecir el catecismo en la misma interpretación del catecismo... Absurdísimo, verdad! Pero así es. En el catecismo se expresa las verdades de la Iglesia Católica. Hay gente que pudiera no creer lo que expone, pero se haya en camino de comprensión y de búsqueda. No pasa nada. Pero no tiene sentido que esas personas sean catequistas, y que expongan sus propias dudas como legítimas. La fe son verdades ciertas. La fe son certidumbres, no opiniones.

3 comentarios:

  1. Un bello blog. Felicidades :-)

    Te invito al mío, por si te ayuda en tu crecimiento personal.

    http://frasesdedios.blogspot.com.es/

    Feliz tiempo de Cuaresma.
    Un abrazo en la luz del Creador.

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  2. Vivimos en un mundo que es víctima del relativismo, el buenismo mal interpretado y la lasitud más atroz. Hemos llegado al punto máximo del absurdo mismo. Hoy todos, desde el sacristán al último catequista son infalibles y con pleno derecho a ampararse en la Iglesia para cuestionarla y exponer sus propias doctrinas, la mayor parte de las veces heréticas, inconsistentes, desleales y sobre todo faltas de humildad y oracióQue el mundo fue y será una porquería, ya lo sé
    en el quinientos seis y en el dos mil también;
    que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos,
    contentos y amargaos, valores y dublés,
    pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente
    ya no hay quien lo niegue;
    vivimos revolcaos en un merengue
    y en un mismo lodo todos manoseaos.

    Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
    ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.
    Todo es igual; nada es mejor;
    lo mismo un burro que un gran profesor.
    No hay aplazaos ni escalafón;
    los inmorales nos han igualado.
    Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
    da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura
    o polizón.

    Qué falta de respeto, qué atropello a la razón;
    cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón.
    Mezclados con Stavisky, van Don Bosco y la Mignon,
    don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín.
    Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se
    ha mezclado la vida,
    y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra
    un calefón.

    Siglo veinte, cambalache problemático y febril;
    el que no llora, no mama, y el que no afana es un gil.
    Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamos a encontrar.
    No pienses más, échate a un lao,
    que a nadie importa si naciste honrado.
    Que es lo mismo el que labura noche y día como un buey
    que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura o
    esta fuera de la leyn. Carlos Gardel ya lo decía en su tango Cambalache;

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  3. En ninguna entidad, organismo, empresa o milicia, permitirían que sus "entrenadores y maestros" perteneciesen a la competencia o al enemigo. ¿Por qué en la Iglesia, cualquiera vale para catequista aunque lo que exponga sea frontalmente contrario a la doctrina católica, a los dogmas, a la tradición eclesiástica y a la enseñanza de los Papas y Obispos?. ¿Quién es el responsable de que estos perros pastores desobedezcan al pastor y hagan trizas a sus ovejas?

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