miércoles, 14 de abril de 2010

Informados

Para que estéis bien informados de qué pasa, aquí tenéis un buen resumen para que estéis al "loro".


Como podéis ver hay muy mala uva por ahí.

4 comentarios:

  1. cada dia estoy mas desencantado de la jerarquia eclesiastica y toda su hipocresia,lo que jesus nos enseña en el evanjelio no tiene nada que ver con esto que dicen y hacen estos señores,y digo yo en nombre de quien hablan y actuan estos,en el de jesus,que alguien me explique en que se parece la vida que tuvo jesus a la que tiene toda esta gente,donde vivio jesus y donde viven ellos,la sencilled de jesus ,etc,etc,no entiendo nada

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  2. No tengas miedo al desarrollo si, efectivamente, es fiel y leal a la idea madre. Jesús no rechaza la idea de una Iglesia grande o de una expresión artística grandiosa (véase el Templo de Salomón del que lo único que rechaza Jesús es el poner la salvación en los exvotos y riquezas...todo eso no es sino una manifestación de algo más grande: Dios mismo)

    El problema, para variar, somos los hombres. Eso se ve a lo largo de todo el Antiguo Testamento... por esto mismo Jesús ha de, no sólo fundar una nueva Iglesia, sino la de prometer su asistencia "yo os enviaré el Espíritu Santo..." por que, ciertísimamente, quién no iba a librar de nosotros mismos sino Jesus.

    En la Iglesia perviven los instrumentos queridos por Dios: sacramentos y asistencia divina, para que conozcamos, hoy!, su divina y sapientísima voluntad.

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  3. De un anónimo a otro: a mí, en ocasiones, también me viene a la cabeza criticar a la jerarquía eclesiástica por las riquezas y grandeza en la que viven. Cuando alguien me ataca, como católica que soy, utilizando ese argumento, no sé muy bien qué responder. Pero para mí yo sé que no soy quién para criticar, porque primero me tengo que mirar yo. ¿No vivo yo también con grandezas y riquezas? ¿Hago todo lo que Jesús haría por los demás si estuviera en mi situación? Miremos hacia adentro y, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

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  4. Jesús no quiere un mundo de pobres. Quiere que seamos pobres de corazón, que el dinero, el arte, el deporte, la salud, la cultura (que están muy bien) no nos esclavicen. Tenemos que ser como peces pequeños, porque solo estos son los que pueden escapar por lo ahujeros de las redes del mundo.

    La riqueza está bien si se comparte con generosidad de corazón, lo que no quita que tengamos que rechazar la riqueza que nace de la injusticia y la explotación.

    A mi la jerarquía de la Iglesia no me escandaliza, porque tampoco me escandaliza el hombre. No somos ángeles, somos barro que-con la gracia de Dios- aspira a la santidad. La jerarquí tiene que tomar constantemente decisiones, tiene responsabilidades enormes que nadie quisiéramos. No es fácil torear tantos toros a la vez (crisis económica, guerras, racismo, luchas diplomáticas, intereses contrapuestos, etc etc). Pero ahí están, en la vanguardia, cumpliendo su deber lo mejor que pueden. A veces se equivocarán porque son hombres. Ahí su grandeza y su pecado.
    Recemos por ellos, para que se unan cada vez más al Santo Padre, para que se dejen guiar con docilidad por el Espíritu Santo. La jerarquía es también algo nuestro, muy nuestro que debemos amar, respetar y defender. Todos somos Iglesia y todos somos UNO en Cristo.

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