lunes, 13 de septiembre de 2010

Roma


He estado en Roma. Siempre agrada. Por primera vez he ido a los scavi, es decir, a las excavaciones donde se encuentra la tumba de Pedro. Ahí, muy cerquita de él. No es lo que está debajo del baldaquino, sino que está unos metros más abajo. Es como una catacumba donde ves cerquísima la primera tumba de S Pedro. Y entras, sin quererlo, en comunión con él, con Cristo, con la Iglesia católica. Sin más, crees!
Él era un pescador, ¡sólo! un pescador. Lo mataron como a Cristo. No vio el imperio romano convertido, pero fue crucial su testimonio, su martirio. Muy pronto los primeros cristianos hicieron de esa tumba un lugar de peregrinación, tenían fe en las palabras de Cristo, por eso la visitaban de forma distinta a la de los otros mártires. Pedro!
Él no se enteró de lo que vendría, pero por su fe, medio mundo es católico, y parte del otro, cristiano. ¡Cuánto depende de nuestro sí!? No lo sabemos, pero ciertamente, no será poco.
Yo digo como Pedro: Tú eres el Hijo de Dios vivo. A quién vamos a ir, sólo tú tienes palabras de vida eterna!

1 comentario:

  1. El privilegio de unos,la envidia de otros(en mi caso envidia sana).
    Bienvenido!

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