sábado, 25 de diciembre de 2010

Hoy celebramos la Sagrada Familia



La repetición qué importante es. Comenzaron diciendo que si no le querías ¿por qué habías de aguantar con el cónyuge?, y siguieron repitiéndolo. Los Mass Media se hicieron eco rápidamente y los pusieron como ejemplo de modernidad. Y el divorcio se hizo normal. Y la gente incluso re re-casaba y se a-rejuntaba... y comenzó a ser lo más normal. Tan normal se hizo que afirmar que el matrimonio es para siempre (como lo había sido durante más de 25 siglos) pasó a ser un mito o, incluso, una opinión perversa, que había que combatir.

De mientras las sociedades que esto sostenían envejecían inexorablemente, y eran incapaces de frenar el mal que se había propagado en su seno. Incluso la economía se vio afectada, y afectará la situación de confort de todos.

Señor Jesús, María y José, rogad por las familias cristianas, para que den el testimonio que han de dar ante toda la sociedad. La familia es un bien mayor a los negocios, al confort individual o a la promoción cultural... La familia no es mala, ni asfixia el potencial individual. La familia no es una institución que compita con el individuo o lo aliene. Es la célula, el lugar natural donde el hombre se entiende a sí mismo, aprende, madura, se socializa y entiende el valor y significado de qué es una persona.

Sagrada Familia de Nazaret: Rogad por nosotros.

2 comentarios:

  1. Donde dejamos,que hacemos,donde ponemos a los conyuges que maltratan,a los conyuges infieles,a los conyuges alcoholicos,a los conyuges abusadores,etc.
    Menos mal que existe el divorcio.
    Mi solidaridad con todas esas esposas que sufren o han sufrido un infierno en su matrimonio.
    Ah!y menos mal que existe el tribunal de la Rota.
    Saludos navideños.

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  2. Desgracidamente no podemos ignorar la realidad que apunta Pelegrin. ¿por qué la familia que bebiera ser lo que dice D. Iñigo, se convierte tantas veces en un auténtico infierno?. Yo quiero pedir por todos esos niños que en vez de cantar villancicos hayan tenido que escuchar gritos, malas caras, reproches o violencia entre sus padres. Por todos esos niños a los que sus familias han roto su corazón, por todos esos niños que lloran ante el Belén y se van a la cama con una angustia en el alma por escuchar gritos en la habitación de sus padres cuando no delante de ellos. Que Santa María les acoja, serene sus pequeños corazones y les haga sentir ese amor al que tienen derecho. Hoy en día hay muchas "hambres" y no solo de pan.

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