miércoles, 29 de diciembre de 2010
Juan Pablo II y Medjugorje
Aunque la opinión personal del Papa no es válida como declaración doctrinal de la Iglesia me parece que sí es significativa. En el el Libro ¿Por qué es santo? que es un resumen del postulador de la causa de canonización de Juan Pablo, en el último capíulo, lo dedica a la opinión que el pontifice guardaba obre el fenómeno Medjugorje... y dice así:
“Si no fuese Papa estaría confesando en Medjugorje”. Os copio el texto íntegro:
“Su devoción por María se incrementó vivamente cuando se aclaró que el tercer secreto de Fátima hacía alusión al atentado de 1981. Muchos testigos de su entorno confirmaron que el Papa relacionaba éste dramático suceso con las apariciones de la Reina de la Paz en Medjugorje, en la ex Yugoslavia, que habían empezado a producirse en junio de ese mismo año. Una ulterior confirmación de éste vínculo fue, para los creyentes, el mensaje que dirigió [La virgen María] a los fieles marianos el 25 de agosto de 1994, durante los días en que se preparaba el viaje pastoral del Papa a Croacia, previsto para los días 10 y 11 de septiembre: “Queridos hijos, hoy me uno a vosotros en la oración de una manera especial, rogando por el don de la presencia de mi amado hijo en vuestra patria. Rezar, hijos míos, por la salud de mi hijo predilecto, que sufre, pero al que yo he elegido para estos tiempos”.
Si bien jamás adoptaba una posición oficial cuando se producían dichas apariciones, el Papa no ocultaba en privado su convicción. A monseñor Murilo Sebastiao Ramos Krieger, arzobispo de Florianópolis (Brasil), que estaba a punto de viajar por cuarta vez al santuario de la Reina de la Paz, le confirmó: “Si no fuese Papa estaría confesando en Medjugorje”. Un deseo que corrobora el testimonio del cardenal Frantisek Tomasek, arzobispo emérito de Praga, quien le oyó decir que, de no haber sido Papa, le habría gustado ir a Medjugorje para ayudar a los peregrinos.
Aún más elocuentes son, a éste propósito, las palabras que escribió el obispo de San Ángel (EEUU), monseñor Michale David Pfeifer, en su carta pastoral de 5 de agosto de 1988 a la diócesis: “Durante mi visita ad limina con los obispos de Texas, pregunté al Santo Padre qué opinaba de Medjugorje en el curso de una conversación privada. El Papa habló favorablemente y dijo: “Afirmar que en Medjugorje no ocurre nada significa negar el testimonio viviente y orante de los miles de personas que han estado allí”.
Al 26 de marzo de 1984 se remonta, en cambio, un episodio que recordó el arzobispo eslovaco Pavel Hnilica, uno de los prelados más próximos al Pontífice. Una vez que fue a comer con Juan Pablo II para ponerlo al día de una misión secreta que debía desempeñar en Moscú –celebrar clandestinamente la Misa entre las murallas del Kremlin- éste le preguntó: “¿Después fuiste a Medjugorje, Pavel?”. Cuando le dijo que no lo había hecho, dado que ciertas autoridades vaticanas le habían manifestado su desaprobación, el Papa le pidió: “Ve de incógnito y vuelve para contarme lo que has visto”. Después lo llevó a su biblioteca privada y le enseñó un libro del padre René Laurentin en el que figuraban varios mensajes de la Reina de la Paz mientras le comentaba: “Medjugorje es la continuación de Fátima, es la realización de Fátima”.
Tras la muerte de Juan Pablo II, sus amigos Marek y Zofia Skwarnicki pusieron a disposición las cartas que éste les había remitido y en las que abundan las referencias a Medjugorje. El 28 de mayo de 1992 el Pontífice escribió a los cónyuges: “Agradezco a Zofia todo lo concerniente a Medjugorje. Yo también visito a diario este lugar cuando rezo: me uno a todos los que allí oran y reciben desde allí la llamada a la oración. Hoy comprendemos mejor esta llamada”.
Libro: ¿Por qué es santo?, Slawomir Oder, edit. Ediciones B.
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Urge pues esa visita y ese testimonio.
ResponderEliminar¡¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!!
ResponderEliminarLo mismo Pelegrín para tí, para D. Iñigo y para todas y todos los compañeros de este estupendo blog.
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