Esta sociedad no dice lo que piensa, es, a fin de cuentas la suma de numerosos individuos, que no dicen lo que piensan. Llevan una doble vida. Una la que quieren aparentar...o les gustaría llevar, y otra la que viven de corazón a dentro. Por fuera quieren alegría no problemas y aparentar una inquebrantable felicidad. Para eso se inventan un montón de frases manidas: la esperanza nunca se pierde; todo va a salir bien; ya verás cómo no; no te preocupes y no pienses más en eso...
Estas fases tiene "algo" de razón, pero sólo algo, no toda. Quiero decir que no podemos fundamentar nuestra vida o actuación en frases manidas o huecas. Sino necesitamos "otra cosa" algo "real" en dónde nos podamos, de verdad, apoyar.
Algunos, los más sensatos, piensan que se puede encontrar en otra persona. No andan muy descaminados. Pero ¿cómo puede dar otra persona lo que ella a sí misma no se puede dar? Con esto no niego el valor de las relaciones humanas... lo que quiero es dejarlas en su lugar...muy elevado, ciertamente, pero no consiguen llegar al núcleo mismo de nuestra intimidad. Sí se aproximan mucho, "casi" hasta el vértice del mismo, pero no lo alcanzan...
Ese intimidad "íntima" de la que nos habla s Agustín sólo es capaz de alcanzarla y satisfacerla Dios.
Y como a este se la negado el acceso en la sociedad, quiere decir que se le ha negado el acceso en muchos corazones y por tanto la gente se apoya en bagatelas y frivolidades, que mientras no pasa nada, son válidas. El problema es cuando aparecen las dificultades.
Es entonces cuando se dan cuenta de que su vida estaba fundamentada en arena. Y empieza el miedo y para deshacerse de eso comienzan a hacer de todo. Para evadirse se emborrachan. Para olvidarse de lo otro se drogan. Para no tener que acarrear con ese hijo que fue un absoluto accidente, abortan. Y tanta frustración la reflejan en casa, con su esposa, o hijos, o subalternos...
La gente tiene miedo a sufrir. Pero la sociedad no te deja, pues serías un fracasado. Es mediocre sufrir, dicen. Si sufres es por que te da la gana, la vida está hecha para disfrutar...Y vuelven con los eslóganes facilones, pero irreales.
No por nada Cristo nos dejo su cruz. Esta vida nadie (nadie sensato) dice que es fácil. Lo que Cristo nos promete es su asistencia y amor para superar los valles oscuros de manera humana. La cruz es parte de nuestra existencia, quien la rechaza, rechaza parte de su existencia y parte de su capacidad de crecer y entenderse a sí mismo y a tantos millones de personas sufrientes.
Ya lo sabe Cristo arrimemonos ahora al Belén con la sencillez y candor de quien se sabe necesitado de salvación desde el mismo epicentro de nuestro ser. Él lo colmará y seremos de llevar la Paz de Cristo, regalo que desean tantos millones de personas, empezando nosotros.
Totalmente de acuerdo. El ser humano es un saco sin fondo y el único que lo puede llenar es Dios. Estamos en nuestra alma, en nuestra propia naturaleza, "heridos del amor de Dios" y sólo cuando retornamos a ÉL encontramos descanso, paz y plenitud. En el mundo Dios molesta, no hay sitio para ÉL como tampoco lo había en Belén, Por esi, para intentar cubrir ese vacío interior, se recurre al consumismo y a la fetichería, Basta con comprobar el auge de los videntes y demás charlatanes en todos los canales de televisión. Sustituimos la palabra de Dios por las tonterías que nos puede decir cualquier echador de cartas. El hombre sin Dios siempre está sólo y quien, por el contrario, lo tiene en su corazón no se siente solo jamás, El problema y lo duro son los "silencios de Dios" con los que inevitablemente acabamos de encontranos muchas veces y constituyen una prueba de nuestra Fe,
ResponderEliminarEstas fiestas, para quien no espera al Salvador, y solo busca lo familiar y el consumismo, suelen ser las más tristes, porque siempre falta algo o alguien. Pero para quien sólo espera al Mesias que le salve, aunque no tenga lucecitas, árboles o turrones,serán las mejores del mundo.
Me ha emocionado,que cierto es,GRACIAS.
ResponderEliminarSaludos.