sábado, 22 de junio de 2013

Retiro hos-piritual

Ya sé que no es fácil de aceptar, es más, se trata de todo lo contrario, es muy difícil, pero es bueno, muy bueno. La cama del hospital hace mucho bien... al alma claro. Un hospital nos da lo que esta sociedad es incapaz de darnos: pensar en lo importante: la familia, el trabajo, el tiempo, la vida... y la muerte. Es como un retiro espiritual... He visto muchos enfermos y, aún siendo verdad que se trata de una situación dura, a todos hace pensar: al enfermos, a los amigos y a las visitas. En esta sociedad es imposible pensar en lo sustantivo, solo en estupideces: tu pelo, tu coche, las rebajas, los kilos demás, la diversión, en el trabajo y en el dinero muucho dinero!!! Sin embargo, estos parones forzosos ayudan a la gente a.... ¡¡¡¡pensar!!!! en claves más auténticas, y esto siempre es bueno, pues la gente se humaniza, madura, crece.

1 comentario:

  1. Es cierto que el dolor y el sufrimiento son una auténtica escuela de caridad, te vuelven más humano, más tolerante, más comprensivo con el sufrimiento ajeno. Hace unos día vi una película bélica donde toda la trama giraba en torno a unos sencillos verso que decían;
    "Mira que te mira Dios,
    Mira que te está mirando,
    Mira que te has de morir,
    Mira que no sabes cuándo". Y pensé, qué verdad tan grande y qué poco reflexionamos sobre ello. Nos creemos eternos y acumulamos y acumulamos como si pudiésemos llevarnos nuestras riquezas a la otra vida como creían los Faraones. Pero la enfermedad, nos pone en nuestro sitio y nos lleva al umbral mismo del abismo obligándonos a algo que no queremos y que cuando estamos sanos eludimos de mil maneras; enfrentarnos a la realidad de la muerte y al estado de nuestra alma. ¿Qué va a ser de nosotros, qué merecemos, qué hemos hecho hasta ahora?. Nuestro Papa Francisco con su gran humanidad y sentido del humor nos daba una respuesta muy profunda a esta cuestión; "Al otro mundo nadie se lleva nada. Nunca he visto un camión de mudanzas detrás de un cortejo fúnebre. Como decía mi abuelita, las mortajas no tienen bolsillos"
    Si fuésemos más conscientes de esto qué diferente sería el mundo. Como se dice en el Talmud, "quien salva una vida, salva al mundo". !!Cuánto bien dejamos de hacer, cuántas vidas dejamos sin salvar por miedo, pereza, escrúpulos..." Bueno, ahora quisiera dar un homenaje inmenso a esos ángeles que en los hospitales van visitando a los enfermos que lo desean llevándoles la mejor y más importante visita del mundo, al Rey del Mundo, en la humildad de una sagrada forma, para la comunión. !!Cuánto bien hacen!!. Y A los sacerdotes que de igual manera van consolando y perdonando enfermos a la vez que tienen que aguantar las malas caras o los desprecios de quienes ya han optado por seguir otro camino. Por eso un abrazo inmenso a Sor Alexandra, que se nos la llevan a Camerún dejando al hospital de Bilbao muy triste y algo huérfano de su permanente sonrisa y disposición. Shalom!!

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