No dudo ni por un instante que así será. Llévanos amarrados a tí espiritualmente y contágianos toda la fuerza que recibas. Buena peregrinación y buen regreso. Amén.
VIRGEN DEL CALVARIO Dame tu mano, María, la de las tocas moradas; clávame tus siete espadas en esta carne baldía. Quiero ir contigo en la impía tarde negra y amarilla. Aquí, en mi torpe mejilla, quiero ver si se retrata esa lividez de plata, esa lágrima que brilla.
Déjame que te restañe ese llanto cristalino, y a la vera del camino permite que te acompañe. Deja que en lágrimas bañe la orla negra de tu manto a los pies del árbol santo, donde tu fruto se mustia. Capitana de la angustia: no quiero que sufras tanto
No dudo ni por un instante que así será. Llévanos amarrados a tí espiritualmente y contágianos toda la fuerza que recibas. Buena peregrinación y buen regreso. Amén.
ResponderEliminarDe paso recitas esta de Gerardo Diego:
ResponderEliminarVIRGEN DEL CALVARIO
Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas;
clávame tus siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí, en mi torpe mejilla,
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima que brilla.
Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo,
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto