jueves, 8 de julio de 2010

La familia


algunos optan por no casarse, para disfrutar de la juventud y viajar. Otros, optan por casarse pero calculando el número de hijos que quieren tener, de tal modo que les satisfagan pero que no les complique la vida en demasía. Los hay que van al matrimonio sin miedo, entregándose absolutamente. No estoy hablando de un número concreto, sino de una actitud que ha desaparecido por completo. Los hijos se calculan al mismo nivel que la televisión que se quiere o las vacaciones que se planean.

Ya no se ven familias numerosas, y eso es por muchos factores, ciertamente: precio de los pisos, edad de contraer matrimonio, etc...Pero no hay que olvidar que también es por miedo a complicarse la vida.

Estas familias han optado por la familia al 100%. Han salido de la ciudad, con las incomodidades que eso supone para educar a sus hijos de modo incondicional. 1º Los hijos, 2º los hijos y 3º la familia... Así se logran estas timbas donde a uno le cuesta meses saber quien es hijo de quién hermano o primo...

1 comentario:

  1. Hoy en día las familias numerosas se identifican con personas del opus dei (si tienen dinero) o con personas de bajos recursos económicos e intelectuales si son emigrantes. Es una pena. Una familia es una pequeña Iglesia y debe estar generosamente abierta a la vida. Hoy queremos planificar todo, el número de hijos, su sexo, su color de ojos, etc, etc. Incluso se planifica cúando tenerlos para que el parto coincida con turno de vacaciones o similar. La familia ha dejado de ser el soporte y la fortaleza moral, humana y espiritual en la cual refugiarse. El egoismo, el materialismo y la incomunicación han hecho mella en ella. Por si fuera poco, el concepto de familia se ha roto con nuevas fórmulas que poco tienen que ver con su verdadera esencia (parejas de hecho, parejas gay, parejas con relaciones abiertas, etc.)
    Eso repercute en la sociedad por eso todos los regímenes totalitarios han tenido como uno de sus prinicipales objetivos destruir la familia cristiana, en dónde los hijos crecen moralmente y con valores. ¿No está pasando eso hoy mismo?.
    Debemos apostar por la familia tradicional y católica que es la única posible. Si Cristo forma parte de nuestra familia, si en ella María es la auténtica Señora de la casa, disfrutaremos de unas bendiciones incalculables.

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