jueves, 21 de octubre de 2010

Homenaje

A esas madres que cambiaron un lápiz d ojos por ojeras,
el ir a la pelu por una simple coleta,
los bolsos d moda por bolsos d bebés.
Madres que no les importó nada lo que tuvieron que dejar atrás.

Yo soy hijo y tuve la gran suerte de tener el mejor regalo del mundo:MI MADRE merece un ...MONUMENTO

7 comentarios:

  1. Hay una canción infantil muy entrañable y significativa que dice; !Qué bonito una madre ha de ser, que hasta Dios quiso una tener..!

    Totalmente de acuerdo con su reflexión, D. Iñigo,

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  2. si, pues tú qué poco te aplicas el cuento... tu precisamente no sigues el camino de tus padres que siguiendo alumhrando vida

    Ya sé que me vas a decir que es porque te das a toda la comunidad y bla, bla, bla... pero eso suena a discurso teórico. No diga que detrás no se esconda una gran verdad.

    En cuaquier caso creo que eres el menos indicado para hablar de paternidades, del valor de una madre, de métodos anticonceptivos, etc. Es mejor hablar de lo que uno sabe, en tu caso, creo, puedes hablar de Dios; o mucho mejor, en vez de hablar puedes hacer y transparentar a Dios en tu día a día, como hizo Jesús. Puedes dar testimonio de perdón y reconciliación, puedes dar testimonio poniendo una mejilla cuando te abofeteen la otra...

    Un saludo

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  3. Anonimo lo de la mejilla supongo que va por la bofetada que le das,no? está muy bien que facilites a otros que pongan la mejilla.

    Conozco MUY BIEN a la madre del que escribe el blog y firmo y apuesto que una de las alegrías mas grandes que a tenido es tener un hijo cura.
    Asi que de discursos teóricos nada, alegrias bien concretas.

    Un saludo. Irene

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  4. A esa persona, que se agazapa cobardemente en el anonimato y que le quema la boca, le pregunto: ¿De que parte del amor de hijo no se ha enterado?

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  5. Ese anónimo parece que o no entiende nada o hay algo que le quema por dentro. Hay otra paternidad además de la biológica, a veces mucho más generosa y entregada. Es la paternidad y maternidad espiritual y universal. ¿Hay alguien que sea capaz de negar, por ejemplo, a la Madre Teresa de Calcuta su condición de madre?. El corazón de un sacerdote siempre es un corazón de padre que acoge, perdona, alienta, anima. No tiene las limitaciones de la servidumbre biológica (basta ver en los parque como los padres se preocupan sólo de sus hijos e ignoran a los de otros) y es padre de todos sin distinción, por tanto más generoso, más libre. Por lo demás, que Dios elija a uno de tus hijos como sacerdote para la eternidad creo que es un regalo y una bendición de tal magnitud que no merece más explicaciones. Lástima que la mediocridad y el materialismo impida ver estas realidades.

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  6. Iñigo, me ha enternecido!Cuánta razón tienes!

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