domingo, 22 de mayo de 2011

Pensar o reaccionar

No es lo mismo pensar que reaccionar. Y es que hay mucha gente que hace lo uno y no lo otro. Hoy me han dicho, como otras tantas veces: puf! Eso era antes!!! La cosa no era importante, pero los argumentos eran aterradores: bah! Es que el código es antiguo, hay que revisarlo; bah! Es que el Catecismo no le hace caso nadie...

Son argumentos, mejor dicho, son purifica ideología. Y es que, si ambos documentos no hay que hacerles caso, ¿A quién?

Ambos documentos han sido escritos con la participación de TODO el episcopado mundial y abundantes profesionales del derecho. Y resulta que hay un mendrugo que dice que no... que se ha quedado anticuado!! Que eso que sale es de antes!

En el fondo late la concepción de que somos cada uno el creador y fundador de nuestro propio catolicismo. Pero si algo caracterizas al catolicismo es Roma. Lutero dijo precismente eso: libre examen. Es decir, haz del evangelio tu propio mecano.

Otro de los efectos perniciosisimos de este "des"criterio es el lío monumental al que se les somete a los fieles. Quedan ligeramente confundidos, perplejos. Con unos pastores que en vez de ayudarles a creer les meten la cizaña de la sospecha (que es, precisamente lo que hizo Satanás en el Edén: sugerir la sospecha hacia Dios)

Recemos para que en la barca de Pedro todos tiren en la misma dirección
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2 comentarios:

  1. Hace mucho que yo vengo diciendo esto,pongase de acuerdo y luego prediquen.
    Que fea veo la cosa.
    Salu2

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  2. El derecho de los fieles que acudimos a las Misas y grupos parroquiales a recibir las enseñanzas y doctrina oficial de la Iglesia está por encima del derecho del párroco, catequista, monitor, etc, a exponer, como doctrina, sus propias ideas y convicciones. La voz de la Iglesia es única y multicolor pero no disonante ni contradictoria. Estoy muy de acuerdo con D. Iñigo y con Pelegrin.

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