miércoles, 12 de octubre de 2011

Pilar


La devoción a la Virgen del Pilar, me parece que es sumamente sugerente, sobretodo en nuestros días. La idea de haber desterrado la fe como "pilar" de nuestras vidas, y pasar a ser algo "postizo", "opinable", "prescindible"... hace que la cultura occidental esté de capa caída. Europa desaparece en sentido estricto, se muere.
En 50 años ha pasado de exportar misioneros a agonizar. En breve hemos pasado a ver cómo en escuelas alemanas y francesas hay más inmigrantes que de la propia tierra... no nacen los suficientes niños...
La fe era... ES un poderoso aliado del hombre mismo, que en cuanto se desprecia, se perciben sus efectos: egoísmo, miedos, avaricias, ansiedades, inquietudes...

La fe única, la verdadera, da sosiego y calma, paz y alegría...si falta algo de esto en nuestras vidas es una buena llamada de atención a nuestra fe, y repensar si la estamos viviendo correctamente.

1 comentario:

  1. Las devociones populares y tradicionales han sido siempre un muro de contención contra todas aquellas "invasiones" anticatólicas que han venido experimentando nuestros pueblos. El intento de racionalizar nuestra fe (totalmente loable, pero desde posturas críticas y agresivas, ha hechos que 1º estas tradiciones se cuestionen, 2º caigan en deshuso, 3º se ridiculicen y 4º se pierdan definitivamente. ¿Resultado? No se ha conseguido el fin (una fé más madura) y, por si fuera poco, se ha perdido lo que de fé de"carbonero" había y que era suficiente para que gente sencilla y sin complicaciones viviera su vida espiritual con naturalidad y sin complejos. Ahora, por este proceso impulsado muchas veces desde los propios púlpitos, muchas fiestas y tradiciones de la Iglesia tan sólo se utilizan como excusas, para hacer puente e irse a la playa o han quedado comob reliquias de un pasado para el regusto de los católicos a los que llaman "fanáticos e integristas". Se ha perdido, por nuestra negligencia, un patrimonio cultural y religioso de grandísimo valor. Trasmitido de padres a hijos y de generación en generación. Este acervo cultural y religioso nos mantenía seguros y firmes frente a modas "orientalistas" que tratan de invadirnos. Otra vez hemos tirado piedras contra nuestro tejado y abierto las puertas al enemigo. Por eso yo revindico nuestras fiestas religiosas. Yo, gracias a mis padres, fui pasado de niño por el manto de la Virgen del Pilar (como manda la tradición) de la mano de un infantico y -"ahora biene la reflexión madura" desde entonces siempre he sentido que la Virgen me acompaña y me protege bajo su manto. !Es la Virgen del Pilar la que más altares tiene, no hay ningún aragonés que en su pecho no la lleve!. ¿Podríamos hoy seguir diciendo lo mismo que dice esta jota?
    Un saludo

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