domingo, 31 de octubre de 2010

Devaluación




En crisis las cosas se devalúan: el precio de las casas, del dinero, etc... Hace tiempo que vengo dándome cuenta de que en las relaciones humanas, para que sean de calidad, es importante que vengan respaldadas por el valor de las palabras, su autenticidad.

Cada vez más las palabras son un juego para aparentar, o llegar a conseguir lo que me interesa. Estoy asombrado con qué facilidad a gente se desdice de lo dicho o incumple su palabra dada, y en unos ámbitos especialmente delicados. Esto se ve de modo claro en la política, pero no sólo... Hoy en día faltan pensadores y criterios firmes y ciertos de los que hablar, y la gente habla "en serio" de cosas baladíes: moda, decoración, deporte, etc... Cuando se llega a temas de calado, desaparece ese "ardor", se suavizan los tintes y todo es "depende", "para mí", "opino"...

Si alguien quiere ser una persona a carta cabal ha de poder hablar en verdad de todo, sin disimulo, aunque eso le acarree perderse algún amigo...seguramente no lo sería tanto. Tiene que atreverse a hablar con caridad, pero con verdad...

Es precisamente por esto mismo, por el valor que las palabras tiene, no el que les queremos dar, por el que la Iglesia es tan cuidadosa con ellas, y predica con cuidado la única Palabra que es capaz de dar vida. No da igual cómo se hable del amor, no da igual qué se quiere de cir con la palabra Madre, ni persona, etc...

1 comentario:

  1. Hay una definicion mas clara a lo que usted comenta,hipocresia.
    Y este mundo esta lleno de eso,de hipocresia,asi nos va...

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