jueves, 15 de marzo de 2012
Iglesia carismática o ¿la otra?...
Vaya por delante que sólo hay una Iglesia...para evitar errores. Lo que quiero sugerir con el título es que, veamos. En la Iglesia hay elementos cambiables...que no fueron instituidos por Cristo, y por lo tanto son susceptibles de mejorar, suprimir o cambiarse. Aquí caben muchas cosas. Una de las que me parece que se han creado para ayudar, pero a veces no lo consigue son las oficinas y departamentos etc..
En Vaticano II, quiso modernizar la Iglesia, muy bien. Para ello creó los Sínodos, Conferencia Episcopales, y se crearon a rebufo del Concilio, un montón de departamentos en los obispados... Todos ellos no son ni buenos ni malos, en sí mismos. La idea era ayudar a los obispos, y a los curas a trabajar mejor y ser más eficaces apostólicamente. Pues también, muy bien.
Muchas veces he oído, en ciertos sectores, que la Iglesia es demasiado jerárquica, y debe ser más carismática. Pues, también estoy de acuerdo (siempre que se entienda bien esta última afirmación, claro. Pero, a menudo, se cae en la contradicción de pedir mayor carismatísmo, y a la vez, someter con mil normas estériles, subjetivas y arbitrarias a personas alejadas de la Iglesia, a las cuales hay que atraer...poco a poco.
Joseph Ratzinguer apuntaba un vicio que estaban cogiendo algunos obispos, que era el delegar los problemas a Roma, cuando son ellos mismos los que tienen la potestad para muchísimos asuntos. Se hace con las Conferencias Episcopales al presentarlos como un órgano similar a las Cortes... cosa en absoluto cierta. Pues el obispo conserva toda su potestad en la diócesis, y las Conferencias Episcopales sólo son ayudas... no un órgano de gobierno colegial para la iglesia de un país o zona... Imprimiendo cada uno de ellos, una personalidad a su diócesis.
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