lunes, 26 de marzo de 2012

Tiempo, prisas, ansiedad

Quizás una de los grandes logros de hoy en día es la productividad. ¡Cuántas cosas hacemos, y en poco tiempo! Somos capaces de hacer mucho en poco... y podemos medir el tiempo en milésimas de segundo... o menos. Tenemos aparatos que nos avisan, de las horas, las medias horas, y los cuartos. Tenemos aparatos que nos despiertan cuando queremos. Y lo atamos a nuestra muñeca para recordarnos que el tiempo pasa... y rápido. Y la gente vive rápido, "aprovecha el tiempo"!!! Y la gente quiere aprovechar cada segundo, pues solo se es joven un a vez en la vida, y pasa deprisa muy deprisa. Nos dicen que el tiempo pasa. QUe hay que aprovecharlo. Que no lo malgastemos. QUe ya tendremos tiempo para lo aburrido, cuando seamos viejos, que ahora hay que sacarle jugo a la vida... Y así entramos en una dinámica de rapidez, de velocidad, de acumular experiencias, sin reflexión... que genera, ansiedad, vacío, y cierta vida no vivida genuinamente. Prisas que no nos ayudan a valorar lo importante, lo que debe ser respetado. Vidas rápidas... sin dirección. Vidas consumidas como la comida rápida, sin pausa, sin disfrute profundo, pues mayoritariamente se está pensando en la siguiente consumición... y así es, compra otra cosa más. Vive más comprando más. Y todo ello es por una falta de horizonte. Si la vida son X años... y ya está, entonces, experimenta todo lo que puedas, antes de desaparecer... o lo que sea eso de la muerte. Esto nos pasa porque no contemplamos las cosas, sino las consumimos. Nos disfrutamos de las cosas, sino las utilizamos. No somos, sino que nos agitamos como locos... Hemos de aprender a disfrutar, contemplando. Hemos de amar lo que tenemos, lo que somos, lo que nos rodea... y así ese huir corriendo de nosotros desaparecerá. Y saborearemos cada segundo, con sabor de eternidad. Y eso es lo que aporta el creyente, lo que tenemos, de verdad, es tiempo. Mucho tiempo. Tenemos toda la eternidad...pero no desde el momento en que muramos, sino desde YA MISMO. Ahora, ya! si estamos con Dios (en gracia) lo que hacemos tiene validez eterna. Lo de ahora cuenta para siempre. Ya estamos injertados en la eternidad. O la eternidad está con nosotros. Para qué correr? Agobiarse? Por qué?.. Ah, por que quieres más!! Si es así, estas perdido. Mejor te sería querer más, pero de ser mejor... de este modo te liberarás de correr, de comprar, de aparentar, de descansar del descanso, del eterno cambio por todo lo que te falta... y que te digo desde ya, que no lo conseguirás. Todo no se puede tener. Pero sí se puede SER en plenitud. Sólo hay que dejar que te posea. Déjale que entre en ti, y serás auténtico. Pues él es el camino, la Verdad, y la VIDA!!!!

3 comentarios:

  1. Como decía San Rafael Arnaiz, monje trapense, todo segundo no vivido para Dios es un tiempo perdido.

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  2. Muy buen relato, totalmente de acuerdo.
    Gracias!!!

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