¡Ánimo Teresa! Hace muchos días que te presento entre mis peticiones en el ofertorio de la misa. Y Alberto..., ay Alberto, ya se me había olvidado. Incorporo también a Alberto. ¡Arriba los corazones!
Concédeme, Señor, serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valentía para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para conocer siemrpe la diferencia.
¡Ánimo Teresa! Hace muchos días que te presento entre mis peticiones en el ofertorio de la misa.
ResponderEliminarY Alberto..., ay Alberto, ya se me había olvidado. Incorporo también a Alberto. ¡Arriba los corazones!
Concédeme, Señor, serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valentía para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para conocer siemrpe la diferencia.
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