viernes, 10 de julio de 2009

Restauracion de la iglesia de Lerin III

Aqui os presento la restauracion de mi querida parroquia de Lerin.

Es una iglesia exuberante, que estaba pidiendo a gritos una restauracion. Han sido tiempos de espera y de preparacion para lo que finalkmente veis... una preciosidad. Hay que dar lasd gracias a todo el pueblo que ha colaborado, con sus limosnas y con su colaboracion material y fisica, al parroco D Oscar que ha sufrido las obras (con todos los feligreses), sobretodo a la Hna Asuncion, que es ella la que mas tiempo ha pasado en esa iglesia intentando que luciera lo maximo posible, y asi ha sido siempre.

Hay que agradecer a al decorador y al arquitecto, Luis y Javier, que han trabajado con entusiasmo y les ha salido una obra de re que te chupete...

Sin embargo, hay que decir, con todo lo contento que estoy, que esta belleza, que servira para que la gente rece mas agusto (bueno, los primeros dias seguro que estan mas distraidos) no es lo que mas agrada al Senor. Lo que mas le agrada somos nosotros mismos, somo nosotros su Templo preferido, y estara mas bonito que este si cabe (y ya lo creo que cabe) pues es EL mismo quien lo hermosea, si estamos en gracia de Dios.

Quiero lanzar un ultimo pensamiento. Una de las cuspides de la belleza en el arte ha sido el arte religioso (no exclusivamente, pero creo que si mayoritariamente) Es Jesucristo quien inspira lo mas alto y noble en el alma humana haciendole capaz de lo mas alto, generoso y sublime!

Espero que todos los lerines lo disfruten... yo? en cuanto pueda!





2 comentarios:

  1. Entrar, admirar, emocionarse; arrodillarse y elevar la mirada para recogerse, para sentir en lo más profundo, en lo más hondo de los adentros, cómo la luz que irradia del altar, del presbiterio es la Luz que transe la carne para iluminar esos adentros y hacerlos gritar en recogimiento y con gozo ¡Señor, gracias! Cuánto tiempo!
    No hay excusa, no puede haberla, para no ir a tu templo a adorarte, a alabarte, a escucharte..., a ir simplemente mirarte y saberme por ti mirada.
    Todo eso, y más, hace sentir la Luz de tu hermoso templo de Lerín, Señor

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