sábado, 6 de noviembre de 2010
Agüelo
El otro día, por la calle, me dijo un "agüelo":
-¡qué...cura! ¿no?
Yo, como no sabía por donde iba el hombre (si a buenas o a malas) le dije:
-Se nota, ¿no?
Él me dijo:
-Así me gusta. Sacerdote por encima de todo.
Y es que hacía ¡demasiado! tiempo que no había visto un cura vestido de tal.
Entiendo que no es lo esencial,...pero sé que ayuda: a la gente... ¡y! al cura. Que como se ve, no somos máquinas diseñadas sino que necesitamos ayuda para ser lo que somos. Y es que la referencia a lo trascendental se ha perdido del todo en nuestras ciudades y los curas tenemos la obligación de recordarlo, de palabra y de obra.
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Cuando a Fray Leopoldo(fraile capuchino recientemente beatificado)le decían, -Usted es un Santo!. El respondía, - "no, no yo no, Santo es el hábito franciscano que inmerecidamente llevo."
ResponderEliminar!Qué bonita lección de humildad!. El hábito religioso es una auténtica armadura contra el diablo y un signo que nos recuerda que Cristo y su Iglesia está ahí, en medio del mundo y de la gente