sábado, 6 de noviembre de 2010
Bendecir la mesa a precio de la vida
Todos conocemos la reciente matanza en una iglesia de Bagdad de 56 cristianos, incluidos sacerdotes. Pero lo que pocos conocen es el día a día de esos cristianos en esas tierras!
Me contaban, con ocasión de la fatídica noticia, que la vida ordinaria de un cristiano allí, es durísima... y a la vez, no hay mejor cosa, para nosotros los tibios y omnicomprensivos católicos de occidente, que convivir con ellos durante unos días. La anécdota que me contaban era cómo este amigo, comiendo en un restaurante con unos cristianos del lugar, estos bendijeron la mesa, con entre las duras miradas de los moros...
Y me preguntaba yo si nosotros, que no nos jugamos nada, somos capaces de bendecir la mesa...no ya en una boda, o en el Mcdonals o una comida de trabajo (mal no nos vendría) sino en casa! Ay! ay!...
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A las parejas Gays lejos de darles vergüenza muestran con orgullo su condición y se besan en público felices de testimoniarlo. Nosotros, en cambio, nos avergonzamos de nuestras creencias y de nuestro Señor, rehuímos temas escabrosos, no nos santiguamos al comer, al salir de casa, al pasar por una Iglesia. Algo falla en nuestra fe. Nos estamos convirtiendo en prenda de escándolo, como ya nos avisó Jesús, y tenemos miedo al mundo. Pues debemos reaccionar y con la fuerza del Espíritu Santo "salir" de nuestro bunker y dar testimonio.
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